El último monopolio turístico español llega a su fin
Juan Barjau, Dirección estratégica y desarrollo de negocio
Corría el año 1.993 y un invierno gélido en Moscú. En pleno proceso de contratación de personal ruso para la nueva delegación de Soltour en Rusia, preguntábamos a los candidatos cuál era su experiencia laboral. En caso de disponer de ella, sólo cabían dos respuestas posibles, Intourist o Aeroflot.
Intourist fue una agencia de viajes rusa, en sus inicios creada como la agencia estatal de turismo internacional de la Unión Soviética, hoy en manos privadas y Aeroflot la compañía de bandera del País. Recuerdo que la sensación de todos los presentes era de cierta perplejidad.
Imagino que algo similar les puede haber ocurrido a los departamentos de recursos humanos de Ouigo o Iryo a la hora de buscar talento entre los profesionales con experiencia en el transporte ferroviario español. El motivo sencillo, la industria ferroviaria en nuestro país ha funcionado como un auténtico monopolio desde finales del siglo XX.
En realidad, el monopolio del transporte ferroviario en España acabó el 1 de enero de 2003, cuando entró en vigor la Directiva Europea 2001/14/CE, que liberalizó el transporte ferroviario en la Unión Europea. Sin embargo, no ha sido hasta hacia muy poco cuando han aterrizado nuevos operadores apostando fuerte por este medio de transporte. Para ser más precisos, deberíamos decir por el transporte ferroviario de alta velocidad.
La alta velocidad española es considerada una de los más modernas y avanzada del mundo. Siendo justos, esto hay que agradecérselo a la compañía Renfe, que opera actualmente con las marcas AVE y Avlo. No obstante, este operador se ha beneficiado de una posición de dominio durante demasiado tiempo, situación que llega a convertirse en su propio regalo envenado y acaban pagando siempre los usuarios.
Esta liberalización va a beneficiar tanto a los operadores, porque les obligará ser mejores, como a los clientes, que seguro se verán beneficiados por más servicios y mejores precios.
La aparición de OUIGO ¿La ventaja de ser el primero?
El primero en sacar la patita fue Ouigo España, filial de la empresa estatal francesa SNCF que opera servicios ferroviarios de alta velocidad en España con la marca Ouigo y que ya está operando en las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Tarragona.
Sin embargo, a pesar de ser el primer operador en llegar, tengo la sensación (apreciación personal que es posible que muchos no compartan) que su “condición” de filial de una empresa estatal no le otorga una posición de ventaja ante los actores de la distribución turística, otros de los grandes damnificados por los años de monopolio que antes mencionaba.
Las agencias de viajes y turoperadores pueden ser grandes aliados, tanto para la venta de billetes de tren, como para la creación de paquetes turísticos de tren + hotel, pero hay que darles cariño y entender sus necesidades.
En esto último se antoja más cercano y proactivo el segundo actor que acaba de salir a escena.
IRYO, primer operador privado de Alta Velocidad
El pasado 21 noviembre el nuevo operador privado de alta velocidad inauguraba su primer servicio comercial de trenes de Alta Velocidad entre Madrid y Valencia y seguro que su llegada animará mucho más el gallinero.
Es posible que su posición de operador privado, hay que destacar el mérito, o conocer varios de los profesionales que están liderando el proyecto, me genere más confianza y cercanía. Desde una perspectiva más estratégica de negocio creo que los mensajes que están transmitiendo al mercado y las sensaciones entre los actores de la distribución son muy positivos. El tiempo nos dirá si mi apreciación es acertada.
Se avecinan tiempos interesantes para el transporte ferroviario y la alta velocidad española, habrá que reservar una buena entrada para disfrutarlos en primera fila.
Mi querido lector, si has llegado hasta aquí quiero agradecerte tu compañía, desearte unas muy felices fiesta y un 2023 lleno de optimismo y apasionantes retos.