Un viaje en globo aerostático por Teotihuacan
El recorrido en globo aerostático por el municipio mexicano de Teotihuacan comienza cuando ni siquiera el sol ha despertado. La recogida está fijada para las 5 de la mañana, momento en el que se produce el encuentro con los amigos de Operadores Nuestro Mundo México, una “agencia de viajes y transportadora turística, que tiene su casa matriz en Ciudad de México y que posee 21 años de experiencia en el segmento del turismo receptivo y del DMC (Destination Management Company)”, explica Ángel Moro.
Pero el notable madrugón tiene razón de ser, y más que justificada, y es que las primeras horas de la mañana son el mejor instante para alcanzar el momento de mayor estabilidad atmosférica. El hecho de que también se pueda disfrutar del amanecer es un regalo adicional.
Una de las prioridades de la agencia es informar a cualquier persona que participa en el recorrido de que son múltiples y exigentes las medidas de seguridad que hay que respetar para que todo funcione adecuadamente. Los globos, como ocurre con los aviones, están regulados por la Dirección Civil del país, y el piloto, como no podía ser de otra forma, debe disponer de su licencia de vuelo. Lo mismo ocurre con el material del propio globo aerostático. Por ejemplo, la vida útil de una vela está en torno a las 1.000 horas, y su coste ronda los 60.000€ y 100.000€.
Además, al contrario de lo que se pudiera pensar, generalmente un viaje en globo aerostático no genera vértigo, ya que no se tiene una sensación de elevación. Se suele decir que es incluso menos dramático que asomarse a una terraza de un edificio alto.
Una vez ya se ha alcanzado la altura necesaria, comienza el recorrido sobre el Valle de Teotihuacán, con unas vistas privilegiadas de Ciudad de los Dioses, la Pirámide del Sol, el Palacio de Quetzalpápalotl, la Calzada de los Muertos, la Pirámide de la Luna y el Templo de Quetzalcoatl, a lo largo de 45 minutos de viaje.
Aunque a la altura de las nubes se vislumbran de menor tamaño, los monumentos por los que atraviesa el recorrido no pierden su identidad y su espectacularidad. Y es que se trata de la zona arqueológica más visitada de México.
La conocida como “ciudad de los dioses” - topónimo de origen náhuatl y que fue empleado por los mexicas – representa uno de los mayores patrimonios históricos y arqueológicos de los que dispone el país centroamericano. No es casualidad, por tanto, que la Ciudad Prehispánica de Teotihuacan fuese reconocida en 1987 como Patrimonio de la UNESCO. ¿Qué mejor forma de disfrutarla que navegando sobre las nubes?
