El paraíso rural en la Sierra de Gredos
Por Lucía Vázquez Pérez
El turismo rural se impone como uno de los tipos de turismo más aclamados para escapadas y puentes. Los visitantes se adentran en municipios rurales para desconectar de sus rutinas, realizar actividades en la naturaleza, probar gastronomía típica, integrarse en la comunidad local y vivir de primera mano sus tradiciones y costumbres. La Sierra de Gredos es un enclave natural a poco más de dos horas de Madrid, el escenario perfecto para realizar turismo rural. Abarca 120 kilómetros desde San Martín de Valdeiglesias (Madrid) hasta Hervás (Cáceres), y se ubica entre las provincias de Ávila, Cáceres, Toledo y Madrid.
Las rocas de granito de la Sierra de Gredos forman parte del Sistema Central. En cuanto a la flora de la zona, esta va cambiando en función de la altura a la que se encuentre el municipio, dejando las encinas y alcornoques para las cotas más bajas, seguido por robles y piornos en las alturas medias, y prados verdes en las cimas. Al ser una zona en la que abundan las cacerías, la fauna más común en la Sierra de Gredos está formada por cabras montesas, corzos, lobos ibéricos, perdices rojas, águilas reales e imperiales, halcones, buitres, sapos de Gredos y topillos.
Una región que ofrece planes muy diversos, desde visitar un castillo del siglo XV y hacer una ruta a caballo en Arenas de San Pedro (Ávila) hasta darse un baño en la piscina natural El Vitillo, en el pueblo abulense de Villarejo, donde también se localiza la Iglesia de San Bartolomé, del siglo XV. Incluso para los apasionados de la astronomía, la Sierra de Gredos tiene las condiciones óptimas para poder ver las estrellas durante la noche sin necesidad de telescopio, pequeños puntos de luz que desde lo lejos iluminan las calles de los pueblos. En Hoyos del Espino (Ávila) se encuentra el hotel El Milano Real, donde cuentan con un observatorio astronómico en el tejado, desde donde los huéspedes podrán tener una visión profesional del cielo de Gredos.
En cuanto a la gastronomía, hay varios platos típicos de la zona, como la ternera de Ávila o las judías del Barco cuyo nombre se debe a Barco de Ávila, la localidad donde se cultivan. Sin embargo, el plato que sin duda debe probar todo turista es el de patatas revolconas; se trata de un puré de patatas con pimentón para darle color anaranjado, acompañado de unos torreznos. Para maridar estos manjares, la Sierra de Gredos cuenta con cerveza artesana de fabricación local o un vino de bodegas La Cendra, elaborado con uva garnacha.
