5 faros que embellecen el paisaje litoral europeo
A pesar de que los faros hayan perdido algo de vigencia a consecuencia de los modernos sistemas de navegación asistida por satélite, no han perdido un ápice de su capacidad para crear una estampa de ensueño en las localizaciones en las que se encuentran.
Estos colosos arquitectónicos, testigos privilegiados de tantas historias, emergen en multitud de orillas y acantilados, construidos para servir como referencia a los navegantes en cuanto a su localización. Si bien la mayoría de los mortales tan solo reparamos en cuestiones como su ubicación o su altura, la luz que arrojan los faros es extraordinariamente característica, ya que las señales luminosas varían en número, ancho, color y separación.
Así, y con el propósito de rendir pleitesía a estos inquebrantables iconos de la vida marina, te proponemos un listado con algunos de los faros más bellos de Europa.
Torre de Hércules (La Coruña, España)
En honor a su historia, es necesario comenzar esta recopilación con el faro en funcionamiento más antiguo del mundo, la Torre de Hércules, ubicada en la localidad gallega de La Coruña, y cuya construcción se remonta a la época romana. Declarado Patrimonio de la Humanidad allá por 2009, ha vivido a lo largo de su extensa historia diversas modificaciones; tras su construcción en torno al siglo 1 d.C., y una vez llegada la Edad Media, pasó a convertirse en una fortificación defensiva.
No obstante, la construcción sufrió un nuevo proceso de reconstrucción entre los siglos XVII y XVIII, y la Torre de Hércules volvió a asumir su función originaria. Hoy, el faro es uno de los principales atractivos turísticos de La Coruña, de gran belleza debido a su enclave frente al paseo marítimo de la ciudad, y puede ser visitado el interior de la torre, donde además se encuentra un museo.
Faro de Santa Marta (Cascais, Portugal)
No nos alejamos de la costa peninsular, ya que recalamos en el Faro de Santa Marta, un emblema del paisaje azul de Cascais. La localidad costera portuguesa acoge esta bella construcción, de tonos azules y blancos, que en su día formó parte del Fuerte de Santa Marta y es uno de los primeros faros que surgieron en Portugal. El imperdible museo que se encuentra en su interior explica en detalle la profesión farera, además de la historia y la tecnología de estas construcciones.
Faro de Porer, Croacia
El aire solitario de estos colosos se eleva al cuadrado en una pequeña isla del mar Adriático, en la península de Istria, donde emerge el Faro Porer. Los 80 metros de diámetro que posee la isla son suficientes para acoger esta construcción del siglo XIX. En este faro es posible, incluso, pernoctar, ya que cuenta dos apartamentos para cuatro personas, donde se puede disfrutar de uno de los atardeceres más bellos de Croacia.
Faro de Bengtskär (Bengtskär, Finlandia)
También se puede hacer noche en el Faro de Bengtskär, ubicado en un islote rocoso del Mar Báltico. Construido en 1906, este faro de 52 metros de alto es un gran testigo de la historia reciente, como las dos guerras mundiales. Todo ello fue deteriorando la edificación, de manera que tuvo que ser restaurada y convertida en faro-museo en 1995. Hoy, el Faro de Bengtskär cuenta con seis habitaciones, un servicio de restaurante que ofrece elaboraciones locales, y un museo, en el que se narra la historia del archipiélago a través de diversas exposiciones permanentes y temporales.
Faro de Saint-Mathieu (Plougonvelin, Francia)
En la bellísima Bretaña francesa emerge el Faro de Saint-Mathieu, especialmente particular ya que se encuentra junto a las ruinas de una abadía benedictina. Una postal de ensueño ubicada en la Finisterre francesa que, además, forma parte del Camino Santiago Francés, y acoge en sus alrededores varias construcciones militares pertenecientes a las dos guerras mundiales, como varios búnkeres de ambas contiendas. Asimismo, se puede visitar una coqueta ermita que sirve de homenaje a los marineros desaparecidos en el mar.