4 planes para el Día de la Felicidad

Por Celia Madroñal

En 2012, la Asamblea General de la ONU decretó la celebración del día de la felicidad el 20 de marzo. La resolución 66/281 tenía como objetivo el reconocimiento de la felicidad como una aspiración universal, destacando su importancia en el desarrollo sostenible y el bienestar de los seres humanos. Para las Naciones Unidas es muy importante el uso de los días internacionales como instrumento de concienciación a la sociedad.

Esta resolución fue iniciada por Bután, un país que prioriza la felicidad por encima de todas las cosas. Antes que los ingresos, es más importante la “felicidad nacional bruta”. Quizá podamos aprender un poco de este país, por lo que hemos preparado algunos planes con los que poder pasar este día.

• Una visita a algún lugar. El mundo está lleno de rincones que no nos hemos atrevido a mirar con detenimiento. Si miramos hacia el suelo y no hacia el cielo, no podemos apreciar la belleza de las ciudades. Málaga, por ejemplo, es una ciudad de la que no solo puedes disfrutar en verano con sus playas, puesto que tiene tantos planes entre sus calles como personas. Pasea por su centro, disfruta de las vistas desde la Catedral y compra unas almendras en el puesto más cercano. Para terminar, una cena en el muelle 1 y un paseo hasta la Farola, la histórica luz que guía a los barcos hacia casa.
• Un picnic con amigos. La compañía siempre hace feliz a alguien. Un plan perfecto muchas veces es el más tranquilo de todos. Preparar platos entre todos y sentarse en el césped puede ser una fuente de serotonina. El parque del Retiro, en Madrid, es un lugar muy nombrado para estas actividades.
• Mirar las constelaciones. El turismo rural está poco a poco convirtiéndose en una actividad “estrella”. La sierra de Gredos, con certificación “Starlight”, es un lugar ideal para poder ver astros. Además, ofrece miradores con mucho encanto, como el de Candeleda o Santiago de Tormes.
• Lo más sencillo del mundo.Para pasar un día feliz a veces no es necesario viajar ni gastar dinero. Un día tranquilo en casa también puede ser sinónimo de felicidad, un café y un libro o ver tu película favorita en el salón. El sentimiento depende de uno mismo, de como mirar a la vida, y en preguntarse qué es lo que hace que todo merezca la pena.