La palabra en el aire, fruto de la cultura literaria santiaguera
Por estos días se presentó en la ciudad de Santiago de Cuba el libro: “La palabra en el aire” del periodista y realizador Eric Caraballoso. En una emotiva actividad en el Salón de los Vitrales se dio a conocer la obra que constituye un esfuerzo conjunto de la Fundación Caguayo y de la Editorial Oriente.
Este volumen forma parte de una colección que tiene por nombre: La cultura artística y literaria en Santiago de Cuba. Medio milenio. En 271 páginas, "La palabra..." recoge parte de la historia de la radio en la ciudad e incluye momentos de ese medio de difusión en la región oriental y en Cuba.
El Grupo Excelencias le invita a disfrutar de las palabras de presentación pronunciadas por el escritor Reynaldo Cedeño:
"Cuenta García Márquez que su abuela no se atrevía a desvestirse delante de la radio… no fuera a ser que alguien la viera. Recuérdese el enorme tamaño de los radios receptores de aquellos tiempos fundacionales. Como sabemos, en un largo camino, la radio fue miniaturizándose y expandiéndose de la localidad al mundo.
"A la llegada de la televisión muchos empezaron a verla como hermana menor y hasta como hermanastra. En consecuencia, le decretaron la muerte. Otro tanto ocurrió en fecha más reciente con la llegada de la Internet; pero la radio sigue ahí, fiel, ubicua, acompañando a la gente, capaz de llegar a donde nada ni nadie llega.
"La voz, el sonido, los efectos, el silencio, tienen un encanto irresistible.
"A estas alturas, ¿quién puede decir cuántas horas han transmitido las emisoras de radio santiagueras? Desde las más pequeñas y experimentales de los años veinte o treinta, hasta las que han acompañado a los orientales y los santiagueros por espacio de varias décadas.
La radio, sin embargo, ha padecido una escandalosa orfandad de memoria. Quien se enfrenta a su análisis, sistematización y estudio, se encuentra más con recuerdos que con muestras, con nombres y anécdotas más que con guiones y grabaciones, con fechas colgadas en el aire. Ese es un handicap, muchas veces insalvable.
(…)La palabra en el aire. Memorias de la radio santiaguera nos devuelve a pioneros como Arturo C. de Ribas y la CMKA transmitiendo desde el sótano de su casa —sitio que por cierto ocupa hoy el círculo infantil Sonrisas al mundo en el Reparto Vista Alegre—, la CMKD y el Palacio de la Torre, Félix B. Caignet y su Chan Li Po, a la actriz Lupe Suárez, a la memoria indomable de Cliserio Romero y el magisterio de la cuasi olvidada CMKR.
Asimismo, se adentra en la etapa comercial y en los ires y venires de la Cadena Oriental de Radio. Se va tras las huellas de la singular Radio Valpín y de la CMKC, el paso de Luis Carbonell o las estrategias para apoyar a la Revolución con figuras como Gloria Cuadras y Noel Pérez.
En las doscientas sesenta y cuatro páginas de La palabra en el aire. Memorias de la radio santiaguera, Eric Caraballoso Díaz, recorre las palabras y el rostro de algunos pilares de la radio santiaguera. Conmueve verles. Algunos ya desaparecidos, otros empujando el sueño.
Aparecen Ruperto Pérez López y Ernesto Medialdea; Nilda G. Alemán, la formadora de tantos apasionados radialistas; el rostro núbil de Doña Ileana Navarro y el multifacético Ado Sanz Milá; el maestro José Julián Padilla, y Rolando González. Como dijera una vez la periodista Nereyda Barceló, nunca ha sido igual sin él.
Antonio Lloga, el mago de la dramaturgia; Soler Puig sin minimizar jamás a la radio, el incombustible Raúl Ibarra y el gallardo escritor de Objetivo X, Emilio Tamayo. La conversación con Maricela Carbonell y Jorge Luis Colomé es una filigrana.
El autor se asoma a los caminos paralelos de Radio Mambí y Radio Siboney, como una apuesta a la pasión. Miro a Consuelo Almaguer y recuerdo su duende profundo, capaz de echarse a Santiago en un bolsillo; a María Elena Pineda, con sus historias de la radio con sonido de mujer o a Iván Clavería, que va haciendo historia, con generosidad y ardor, todos los días.
Como un sortilegio, el autor cierra su libro con entrevista a los Premios Nacionales de la Radio, Julián Ercilio Navarro Coello—que a todo el mundo bautizaba con su voz grave y única—, José Armando Guzmán Cabrales — mi vecino entrañable—; el infaltable Noel Pérez Batista, la actriz Rebeca Hung —más grande mientras más modesta—, y a Juan Antonio Balbuena Céspedes, el más atento de los operadores que he conocido. Entiéndase, es una rapidísima ojeada.
Habrá que conceder a Eric Caraballoso un especial sentido para decir en unas líneas, su capacidad para componer el mosaico e hilar la dispersión, su tino para justipreciar los aportes de unos y otros. Eso le permitió incluir detalles que a otros hubiesen escapado, a figuras como el efectista Gerardo Gómez Mederos, Yayo, o la radio que llega desde la rivera del Cauto, o desde la loma.
La palabra en el aire. Memorias de la radio santiaguera, es un libro enjundioso, sin duda alguna; aunque el rico universo radiofónico santiaguero se presente infinito. Sospecho incluso que el mismo autor, develará otras páginas en un futuro. Ojalá otros se atrevan a poner en orden sus propias memorias.
En todo caso, el autor lo deja explícito desde su primera línea: “Esta no es la historia de la radio santiaguera, es más bien un esbozo, un acelerado panorama”. Un panorama, eso sí, para celebrar. Mirad estos rostros, mirad dentro, mirad bien. La radio es imbatible".




