Colombia: Santa Cruz de Mompox, un pueblo mágico

Colombia. Cerca de Cartagena de Indias está Santa Cruz de Mompox, una isla en medio del río Magdalena que guarda numerosas historias y que en tiempos de la Colonia fue un importante centro comercial, cuya prosperidad se reflejó en su arquitectura clásica y religiosa de estilo sevillano.
En las postrimerías del siglo XVIII, Mompox era una de las poblaciones más importantes del Nuevo Reino de Granada, y su auge continuó hasta el siglo XIX cuando en 1810 declaró su independencia absoluta de España, hecho que le valió el título de La valerosa.
La vida momposina de aquellos tiempos era de pujanza y progreso, pero en el cenit de la bonanza todo empezó a cambiar por culpa de la naturaleza, y la erosión y sedimentación que afectó el cauce del río Magdalena, fenómeno que incrementó el caudal del brazo de Loba y disminuyó el del brazo de Mompox. Se mermó entonces la actividad comercial y social del pueblo, trayendo como consecuencia el éxodo de sus habitantes hacia otras regiones.
Quedó la población como una isla encerrada por los brazos de Loba y Mompox, apartada e incomunicada, de difícil acceso. De pronto allí reside una de las razones para que de Mompox se diga que es un lugar donde el tiempo se ha detenido. Pero es también a partir de esa circunstancia de aislamiento que fluyen los atractivos y la curiosidad para conocer la isla y rendirse a sus lugares.
De la arquitectura religiosa sobresalen las iglesias de Santo Domingo, San Juan de Dios, San Agustín y Santa Bárbara, el recinto por cuya historia y estructura profesan especial veneración los momposinos. El templo está ubicado sobre la calle La Albarrada, paralela al río y sobre la que también se ubican la Casa 1734 y los Portales de la Marquesa.
En la Calle Real del Medio se advierten la Casa de la Cultura, los parques Bolívar y Santander, la Casa del Te Deum, el Palacio de Justicia y el Museo de Arte Religioso, entre otros recintos, construidos en tapia, tejas de barro cocido y ventanales de hierro con sus protuberancias de repisas, rejas y sobradillos.
Un recorrido por Mompox es también un repaso a la historia y a las fervientes celebraciones de Semana Santa que aún se mantienen y empiezan con las procesiones de la semana siguiente al miércoles de Ceniza. Los momposinos son amables y alegres, pero conservan su carácter ascético en torno a las celebraciones de la Semana Mayor, cuando más se ven turistas en la isla.
Pero todo el tiempo ir a Mompox es un viaje que causa fascinación por cuanto relato se escucha, por sus construcciones añejas y muchas desvencijadas o por las tertulias de intelectuales e historiadores que no paran de discernir sobre el acontecer nacional o la historia del pueblo.
A pesar de que ya está en funcionamiento el puente Botón de Leyva que une a Mompox con el municipio de El Banco (Magdalena), siendo la única vía de acceso terrestre a la isla, es más común la llegada desde Cartagena. La ruta sale desde esta capital, pasa por Magangué y Yatí (Bolívar) donde se toma el ferry que transporta por el río Magdalena hasta el sitio conocido como La Bodega, aquí está la carretera hasta Mompox que se filtra entre diferentes cultivos y haciendas ganaderas.




