Abrir o no abrir: ese el dilema para el Estado de Florida

30 de Abril de 2020 12:04am
corresponsal
calles de Miami

Desde hace una dos semanas, el presidente norteamericano Donald Trump ha estado ejerciendo presión sobre los gobernadores de los estados para que estos reabran sus territorios.

En el caso de los gobernadores demócratas, como Andrew Cuomo de Nueva York, hay un claro enfrentamiento. Con los gobernadores republicanos, la situación puede ser aún más compleja. 

Cuando el de Georgia, Brian Kemp, anunció a finales de la semana pasada que reabriría su Estado, en principio recibió una felicitación por parte del presidente. Pero luego Trump afirmó ante la prensa que no se trataba de un buen plan.

Tal vez para evitar caer en estas idas y vueltas, el gobernador de Florida, Ron De Santis, optó por lo seguro y fue a ver a Trump cara a cara antes de anunciar cualquier tipo de apertura en su Estado.

gobernador de Florida y Donald Trump en la Casa Blanca

De acuerdo a una información difundida por el diario digital argentino Infobae, el viaje de DeSantis a Washington se da en medio de un clima complicado: el gobernador ha sido duramente criticado por la lenta reacción al comienzo de la pandemia y los floridanos aún no logran cobrar su seguro de desempleo.

“Pese a todos los pronósticos de que Florida se convertiría en el nuevo punto trágico de la pandemia, los números se han mantenido relativamente bajos en comparación a otros Estados, sin quitarle importancia a los más de 32 mil contagiados y mil fallecidos, con una tasa de mortalidad por debajo del promedio nacional y un sistema hospitalario que está lejos de colapsar, como ha pasado en Nueva York, por ejemplo”, asegura el artículo en Infobae

Un punto que no queda nada claro -abunda el diario- es qué ocurrirá con los aeropuertos. DeSantis siempre se mostró opuesto a la idea de limitar el tránsito aéreo. Sin embargo, durante el encuentro con el presidente se deslizó la posibilidad de que esto cambie. 

Cuando Trump destacó que su decisión de cerrar los vuelos desde China y Europa había ayudado a controlar el ingreso del virus al país, DeSantis destacó que cree que en Florida eso no influyó tanto. Por el contrario, dijo que su preocupación pasaba por el ingreso de pasajeros provenientes de Latinoamérica. 

Se mencionó en particular a Brasil como epicentro de contagios. DeSantis dijo que no necesariamente habría que cancelar vuelos, pero sí pedirle a las aerolíneas que examinen a los pasajeros.

El aeropuerto internacional de Miami es la puerta de entrada a los Estados Unidos para Latinoamérica. Con 50 millones de pasajeros transitando por allí al año y operando sin ningún protocolo estricto de control, se ha convertido en un punto de discordia. 

El alcalde de la ciudad de Miami, Francis Suárez, lleva más de un mes pidiendo que se restrinjan los vuelos desde ciudades con altos niveles de contagio de COVID-19 (nacionales e internacionales). 

El alcalde del condado Miami-Dade, Carlos Giménez, se opuso rotundamente al pedido. La realidad es que la autoridad para tomar una medida de este tipo la tiene sólo la Casa Blanca, y ahora la presión se la pasaron a DeSantis.

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