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La ruta de los cementerios como atractivo turístico

23 de Junio de 2018 3:00pm
editor
La ruta de los cementerios como atractivo turístico

Las formas de hacer turismo se multiplican y la visita a los cementerios se consolida como una razón más para atraer visitantes, a quienes se les ofrecen rutas guiadas, folletos informativos, guías o planos con recorridos marcados para que puedan conocer las historias relacionadas con las personas que allí descansan, muchas de ellas famosas en el campo de la cultura, la ciencia, el deporte y la política.

Si bien en Europa tiene auge este segmento turístico, en países iberoamericanos y del Caribe aún no ha sido lo suficientemente promocionado con igual fin que en el Viejo Continente, aunque existen potencialidades grandes que se perciben en algunas naciones de la referida área geográfica.

Paradójicamente, un gran número de los camposantos en el orbe no solo reciben a diario a los dolientes que despiden a familiares en su última morada, también allí van miles de turistas que se interesan por las esculturas y mausoleos de gran valor artístico existentes en esos sitios y que aportan información patrimonial, histórica, religiosa y de hábitos y tradiciones de la región.

El turismo necrológico despierta atracción en muchas personas, particularmente en viajeros con un gran interés por la cultura y la historia, que lo incluyen en las prioridades del Destino Turístico.

Querer conocer las tumbas de escritores, músicos, pintores, de políticos, de figuras destacadas en el arte militar, entre otros, no es tan raro como pueda parecer sobre todo para quienes estudian o admiran la trayectoria de esas personas que dejaron una huella mientras vivieron y aún después de fallecidas son recordadas por sus aportes o hazañas.

En la Ruta Europea de Cementerios -compuesta de 63 cementerios en 50 localidades de 20 países del Viejo continente- se incluyen camposantos de  España, país que cuenta con una Ruta de Cementerios Singulares, reconocida por su carácter innovador, de difusión e interpretación del patrimonio por la Organización Mundial del Turismo.

La Association of significant cemeteries in Europe (ASCE) tiene entre sus propósitos promover el reconocimiento de los cementerios europeos como parte fundamental del patrimonio de la humanidad.

La labor de esta asociación se complementa perfectamente con la gestión turística de los destinos que disponen de esos recursos singulares, por lo que la puesta en valor turístico de los camposantos debería integrarse en la política turística de más Destinos iberoamericanos y del Caribe.

Si bien muchos viajeros que van a París, capital de la segunda potencia mundial del turismo internacional, suman además de la torre Eiffel  a sus actividades  la visita al cementerio de Pere-Lachaise con el fin ver las tumbas de personajes como Balzac, Proust, Bizet, María Callas, Edith Piaf, Rossini o Chopin, todavía en pueblos iberoamericanos y caribeños dista de lograrse ese interés y no solo por los viajeros sino también por los responsables de crear condiciones en esos museos al aire libre.

No debemos sin embargo ser categóricos en esta aseveración, ya que hay naciones como Argentina donde muchos acuden al camposanto Recoleta a ver la tumba de Evita Perón, el luchador de catch Martín Karadagián, los ex presidentes Raúl Alfonsín, Marcelo T. de Alvear o Julio A. Roca. No menos visitado es el cementerio de Chacarita, otro hito en la ruta de los camposantos bonaerenses donde descansa Carlos Gardel.

En Cuba, las necrópolis Cristóbal Colón, en La Habana, y Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, son lugares donde se reporta la visita de numerosos turistas, por los valores patrimoniales que atesora, así como por ser sitio del eterno descanso de personalidades de la talla de José Martí o el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.

Ecuador, por ejemplo, cuenta con la zona patrimonial del Cementerio General, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil donde se ha organizado la Ruta de la Eternidad, para observar mausoleos de expresidentes de la República, personajes ilustres junto a las esculturas de los ángeles y tumbas de poetas, mientras en el Cementerio de Tulcán destacan sus mausoleos en armonía con las figuras centenarias de árboles de ciprés cuidadosamente podados, y los volcanes en el entorno.

En tanto en México sí existe la fuerte tradición de celebrar de forma festiva el Día de los difuntos, y cuenta con necrópolis como la del Telpeyac, con una ruta de la virgen de Guadalupe, donde tienen sus sepulturas personalidades que han influido en la historia mexicana, o el cementerio de Santiago de Queretaro,o el de Cozumel, destino turístico por excelencia.

Esos cementerios con historia no deben quedar fuera del itinerario de este tipo de turismo que aunque se le llame necrológico también es cultural, pues permite ver  desde impresionantes monumentos hasta las sepulturas de personajes históricos.

Los camposantos de naciones iberoamericanas y del Caribe que cuenten con las condiciones necesarias para mostrar el patrimonio y ser punto de referencia histórica debían reivindicarse como lugares de vida y no de muerte, pues forman  también parte del espacio urbano de muchas ciudades y no tienen que ser vistos como lugares tabú ni con cierto morbo.

En esta etapa estival que comienza ahora, seguramente muchos opten por incluir en las actividades sugeridas en el Destino que visitarán a los cementerios, los cuales pueden considerarse sin dudas museos al aire libre, con largos pasillos donde cada tumba encierra una historia.

¿Por qué no podemos asomarnos a estos lugares, a partir de una mirada menos emocional y triste?, con un enfoque más dirigido a la búsqueda de lo patrimonial, de la identidad religiosa, de esos trozos de la historia de cada ciudad, pero también de la multiculturalidad en el entorno. Valdría la pena potenciar este segmento turístico en los países iberoamericanos y caribeños.
 

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