La excelencia de Arte por Excelencias
La edición número 21 de la revista Arte por Excelencias fue presentada en el Centro Cultural Casa de 18, de Artex, por Alexis Triana Hernández, editor ejecutivo, y Amaury del Valle, corresponsal permanente del Grupo Excelencias en Cuba.
Del Valle declaró que la publicación dejó de ser una revista para convertirse en un proyecto entre amigos, entre cubanos, y está enfocada no a destacar una determinada manifestación artística, sino a entender el arte como imbricación en aras de promover la cultura, esa que nos hace sentir diferentes y a la vez iguales en el mundo.
El proyecto Somos, conformado por el artista Alberto Lescay y sus hijos —Alejandro, pintor, y Alberto, músico—, tuvo su presentación en el Pabellón Cuba el pasado jueves 18 de diciembre y prestigia las páginas de esta entrega.
Al decir del periodista José Luis Estrada Betancourt «no es Somos la familia, es Somos la cultura cubana», y constituye el gran acontecimiento de las artes plásticas en el año que culmina.
A propósito del 30 Festival de Jazz de La Habana, que se celebra en estos días y que tiene cabida también en las páginas de la revista gracias a un artículo de Joaquín Borges Triana, este declaró que al igual que en el del cine latinoamericano, en el evento se ha hecho evidente un despertar del interés del público por asistir a las múltiples ofertas que ambos han brindado. «Eso tiene que ver con el espíritu de renacer constante que ostenta nuestra cultura», añadió.
Por su parte, Bárbara Rivero, asesora editorial, dijo a los presentes que el colectivo de la publicación ambiciona que todas las artes ocupen un espacio, no en soledad, sino compartido; que es un camino difícil, pero cuando se ha andado por sobre las asperezas, entonces ha valido la pena el sacrificio.
El número 21 de Arte por Excelencias, cuya portada es una obra del artista plástico Alberto Sautúa, contiene, entre otros trabajos, una entrevista al bailarín y coreógrafo ruso Vladimir Malakhov, un dossier de Zaida del Río, un reportaje sobre los cincuenta años de la Mafalda de Quino, y una conversación con Descémer Bueno cuando aún no había recibido el premio Grammy que retribuyó su espectacular año 2014.
«Hoy hemos hablado de tantos temas —concluyó Alexis Triana— como aquellos cubanos que se sentaban junto a Martí en Nueva York, en Tampa, en medio del descreimiento peor, de la situación más azarosa, y compartían las anécdotas de la guerra, y alrededor de un piano invitaban a sus hijos a cantar.
Algo parecido hemos intentado hoy: seguir creciendo desde la esperanza».