Destacan potencial del turismo de salud en España

04 de Agosto de 2014 8:34pm
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Las especiales condiciones medioambientales, la cercanía a países tradicionalmente emisores de turismo, la existencia de una infraestructura de alojamientos turísticos muy selecta y extendida y una estructura socio sanitaria bien implantada y de calidad, han convertido a España en una meca para el turismo de salud. 

Aunque se reconoce que todavía queda mucho por hacer, la nación ibérica cuenta con un turismo sanitario en el que se incluyen tanto los viajeros que pasan largas temporadas para recibir tratamiento en la  peor época del invierno de sus países de origen, como a quienes buscan completar curas específicas que las legislaciones o los costos económicos convierten también en insalvables cerca de sus lugares de residencia. 
 
España percibe ese turismo de salud que está en alza con opciones encontradas. A un lado, una Europa que envejece, con todas sus patologías, o que tiene diferencias en el acceso a los tratamientos de fertilidad, por ejemplo, y en el otro, una que apuesta, sin ir más lejos, por el turismo residencial o por el que forman clínicas ubicadas especialmente en zonas turísticas y grandes ciudades, es decir, el turismo de salud con todas sus oportunidades. 
 
Oportunidades de redes de desarrollo turístico y de negocio, en una modalidad verdaderamente ordenada, que apele a las excelencias de las mejores plantas de alojamientos, pero que no está suficientemente explotada y tiene un impacto apenas conocido en la economía, en la que muchos de sus actores se reparten de forma desigual las atenciones al viajero que llega al país a mejorar o a cambiar su estado de salud. 
 
Hoteles, balnearios, sanidad privada y pública, redes hospitalarias, agencias de viajes, turoperadores, médicos independientes, intermediarios turísticos, portales web específicos, financieras, aseguradoras, participantes todos del turismo de salud, con intereses diferentes, y hasta encontrados, operan sin coordinación en una actividad económica de la que todos reconocen que esconde un enorme potencial y un mejor futuro. 
 
Tal vez sean los complejos termales, los nuevos o los tradicionales reconvertidos, los que han conseguido clarificar su oferta, diferenciándose y especializándose en el turismo de salud por las especiales condiciones de sus establecimientos. 
 
Unas condiciones que se lo ponen fácil al visitante: aguas y lodos con propiedades mineromedicinales,terapias relacionadas con esos elementos naturales, personal médico incluido entre el personal de los establecimientos y no poca innovación en los servicios y en el marketing asociado a sus productos. 
 
La prueba palpable de esa evolución positiva es la oferta que los hoteles comunes, los urbanos, los de negocios, los aparthoteles o los de perfil familiar de la costa española, están empezando a ofrecer relacionando las curas contra el estrés, la relajación y los tratamientos exóticos como valores añadidos a sus servicios. 
 
Una de las claves para avanzar en el desarrollo futuro de la industria turística especializada de la salud será engarzar la complementariedad de toda la oferta de turismo de la marca España. Esto supone unir el turismo de salud y de belleza a las excelencias de la gastronomía, la cultura, el deporte y las del turismo rural. 
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