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Cambio climático: un reto inaplazable del turismo

29 de Junio de 2011 9:38pm
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No se trata de paralizarnos, o ver en el cambio climático el fin del turismo, sino de asumirlo, desde las prácticas de trabajo y desarrollo, como un desafío más de la contemporaneidad que debe ser tratado con inteligencia y creatividad.Sobre los retos y perspectivas de la incidencia de este fenómeno climatológico en el sector del ocio, tanto a nivel mundial como en Cuba disertó Orlando Rey, director de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la isla, en una conferencia magistral  durante el Seminario de Periodismo y Turismo que sesiona en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, con especialistas de la comunicación nacionales y extranjeros.

Actualmente el turismo se ha convertido en una actividad de gran peso en la economía de muchos países en desarrollo, que coinciden con algunos de los principales destinos internacionales. En estas naciones se impone el reto de los efectos previsibles del cambio climático, entre ellos la elevación del mar, mayor frecuencia de tormentas tropicales severas, daños a atractivos turísticos como los arrecifes coralinos, y la proliferación de las algas e infestación de las playas por medusas.

Ante tales realidades, ¿podría decirse que el cambio climático hará inestable el turismo como renglón de la economía?

En opinión del experto, “la causa de esta situación está en los modelos de producción y consumo. Solemos preocuparnos y alarmarnos por estas circunstancias climáticas, que son propias de la naturaleza, mientras que los grandes emisores de sustancias contaminantes no toman total conciencia con la situación”.

El cambio climático, agregó, “está abriendo nuevos destinos turísticos en países nórdicos, en los que las temperaturas eran muy frías y que ahora tienen climas menos agresivos. Sin embargo, a la par, en regiones del Ecuador las temperaturas se vuelven muy agresivas”.

Señaló que existen graves problemas asociados al cambio climático, pues se requieren mecanismos de respuestas desde la política, el derecho de administración, la ingeniería y la sociedad, y que estos deben adoptarse a tiempo para que el turismo pueda continuar desarrollándose.

Según las estadísticas, en el mundo el turismo contribuye al 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y más del 75% de ellas son derivadas del transporte. Por ello, los especialistas advierten que, por una parte, es necesario mitigarlas, y por otra, adaptarse a las nuevas condiciones, con prácticas asociadas más a las conductas que a los gastos.

En países como Cuba, -dijo Rey- lo principal es la adaptación, pues la nación representa menos de un 0,1% de las emisiones globales. No obstante, se desarrolla una serie de acciones para mitigar las emisiones. “Hoy no se construye un hotel en la Isla que no tenga la evaluación de impacto ambiental”.

En la nación caribeña el Ministerio de Turismo está muy consciente de los problemas climáticos que el país enfrenta, y ha implementado una estrategia con el conocimiento de las zonas más sensibles a la hora de desarrollar cualquier proyecto, construcción de hoteles o infraestructura.

Además, se ha puesto en marcha un programa de enfrentamiento al cambio climático, desde todos los renglones de la economía, el cual incluye la recuperación de las playas y ecosistemas marinos, así como el manejo integrado de estas zonas.

El fenómeno requiere de integrar los factores de riesgo a las prácticas empresariales y a los procesos de planificación turística, así como a la gestión de recursos naturales, desde una planificación sostenible y la toma de decisiones a nivel local.

Según refirió el experto, el nivel del mar varía, por ello las acciones se implementan de acuerdo con las características geográficas de cada región, teniendo en cuenta todos los posibles efectos del cambio climático.

Las investigaciones internacionales expresan que la región del Caribe no es, o será, de las más afectadas, sino la del Pacífico, y dentro de ellas las poblaciones serán las que más sufrirán estos embates.

Según previsiones de la Organización Internacional de Turismo, para 2020 se espera que los arribos internacionales de turistas superen los 1,6 billones a nivel mundial. Ante tales predicciones, se hace imprescindible tomar medidas que hagan del turismo una actividad sostenible y segura para las personas y el medio ambiente.

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