Proyecto recrea en bastones a personajes de leyendas cubanas

08 de Octubre de 2014 11:48pm
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Personajes de leyendas cubanas aparecen en sosegados bastones de madera, pieza de uso universal, tallados por el artesano Carlos Figueira, en un proyecto titulado Alegorías principeñas que se expone en Camagüey, ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
 
Ese objeto muy utilizado en la época colonial en Cuba y el mundo es también signo de autoridad y armas de defensa apacible de la cultura nacional en la mayor isla de las Antillas, opinó el autor.
 
La Galería Midas, de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), en Camagüey, a unos 570 kilómetros al este de La Habana, muestra ocho bastones historiados y, a decir del curador Daninier Silva, "desde sus volúmenes labrados cada uno sugiere una leyenda".
 
Abundó que los bastones son usados en el proyecto "como metáforas de apoyo para la andadura de la historia, no del pastor ni del aristócrata, y si de la memoria cultura" y elogió que el creador pone la evocación de las cosas extraordinarias al servicio de la ceremonia".
 
Figueira, con su obra invita "a un rito personal en el que se reconstruyen, a golpe de detalle, y refinamiento técnico, las leyendas camagüeyanas: sucesos fabulosos del Camagüey de antaño que han sido legados tradicionalmente de generación en generación".
 
Entre las ocho leyendas están El Indio bravo (un bandolero singular, que a diferencia de otros conocidos, no tenía al parecer nombre ni apellido) y El rapto de las principeñas (hacia 1679, el filibustero Michel de Granmont invadió Puerto Príncipe y secuestró 14 mujeres por las cuales los vecinos debieron pagar un elevado rescate).
 
La más visible de las leyendas habla de la hermosa Dolores Rondón, quién rechazó el amor del barbero y poeta Agustín de Moya y prefirió casarse con un oficial español. Esta murió en la pobreza. Un célebre epitafio sobre su sepultura la inmortaliza. Aquí Dolores Rondón finalizó su carrera.
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