Parque Nacional Canaima: potencia turística de diversidad natural en Venezuela

01 de Abril de 2014 1:11am
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El sur venezolano, con sus particularidades naturales y culturales, acoge una de las joyas turísticas más impresionantes del mundo: El Parque Nacional Canaima. Ubicado en el estado de Bolívar, el territorio de mayor extensión de Venezuela, que cuenta con 240 mil kilómetros cuadrados, el Parque se ha posicionado como centro de atracción turística mundial por la diversidad de paisajes naturales, la rica diversidad de flora y fauna y la cultura ancestral del pueblo pemón.

Los legendarios tepuyes; la preservación de asentamientos indígenas, ricos en historia y tradición, las impresionantes cascadas y saltos, la gama de colores y texturas naturales hacen del Parque Nacional Canaima una opción turística de primera categoría para los venezolanos y los turistas extranjeros.

La bitácora para el inolvidable viaje al extremo oriental del Parque Nacional, declarado bajo esa categoría el 12 de junio de 1962, se inicia en Ciudad Bolívar, donde la autopista conduce hasta Upata, atravesando Ciudad Guayana, centro industrial del país donde confluyen el soberbio Río Orinoco y el caudaloso Río Caroní. En la vía es posible encontrar las emblemáticas poblaciones de El Callao, El Dorado, Las Claritas y Tumeremo.

La imponente selva y sabana se va apostando sobre la vía, donde es posible vislumbrar diferentes representaciones de flora y fauna. En el kilómetro 88 comienza el trayecto por la Troncal 10, arteria vial del Parque Nacional Canaima.

La primera parada es Piedra Virgen, gigantesca roca que recibe a los turistas con la famosa leyenda de que este era el punto de inicio de la Troncal 10 pero fue imposible derribarla. Desde ese momento el monumento se convirtió en un ícono mágico religioso donde es posible ver la silueta de la virgen y tener contacto con un pequeño manantial, símbolo de vida del Patrimonio Natural de la Humanidad.

Y es que desde 1994, gracias a la declaratoria por parte de la Unesco, el Parque Nacional se convirtió en Patrimonio Mundial, debido a sus características milenarias, distinción que redobló el compromiso para la preservación de sus perfectas áreas geográficas.

Desde Piedra la Virgen es posible iniciar el ascenso hacia Sierra Lema, un verdadero paraíso para la observación de aves y variedad natural, constituido, además, como el mayor punto de pluviosidad de Venezuela, con 3.400 milímetros de lluvia anual.

A pocos metros se encuentra el Salto el Danto, una de las primeras caídas de la vía, caracterizada por las frías aguas cristalinas, seguido del monumento al Soldado Pionero, centro obligado de parada erigido en homenaje a los soldados y efectivos que hicieron posible la construcción de la moderna Troncal.

A medida que avanza el día, y con una amplia sabana enfrente, van vislumbrándose los sitios incomparables como el Aponwao I, formación fluvial caracterizada por aguas oscuras con alta concentración de tanino (ácido natural), atractivo por su balneario, área de carpas, y sede administrativa del Instituto Nacional de Parques (Inparques). Es recomendable que los turistas hagan su parada en este sitio y notifiquen acerca de su itinerario en aras de recibir apoyo.

Salto Tarotá es un salto pequeño, de uso turístico, en las inmediaciones de una zona militar que recibe a quienes buscan tranquilidad y paz. Al continuar en la vía es posible divisar, en el cruce del eje de Kavanayén, el Salto Aponwao (Chinak Merú). En este legendario lugar existe una comunidad organizada que cuenta con posadas y restaurante para los turistas.

En las inmediaciones, y muy cerca de este lugar, se encuentran Toron y Toroncito, dos saltos de aguas oscuras de belleza excepcional.

Y como la Gran Sabana también tiene múltiples sorpresas, es posible encontrarse, en pocos minutos, con la Estación Científica Parupa, campamento destinado a la ciencia y la investigación.

(Fuente: Mintur Venezuela)

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