Mundomar Cruceros presenta en Madrid la exposición “Cunard Line”

30 de Mayo de 2018 6:32pm
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Mundomar Cruceros presenta en Madrid la exposición “Cunard Line”

“Cuando te embarcas en un crucero transatlántico con Cunard, el destino es el barco en sí mismo; mientras que si te embarcas en cualquier otro crucero el barco no es más que un medio de transporte”. “Disfrutas de ti mismo, del mar, de las actividades, si quieres… O de la tranquilidad de una copa de champán”.

Esta semana Cunard, propiedad de Carnival Corporation,   representado en España por Mundomar Cruceros, presentó en Pangea Madrid su exposición “Cunard Line, el mítico Queen Mary 2”, en la que se dieron detalles curiosos sobre la flota de Cunard: los orígenes de su diseño, el secreto tras las cuatro chimeneas de los barcos, los altibajos en la decoración y en el tamaño de la flota.

En ella se pueden ver, a través de fotos y diarios antiguos, los más de 170 años de historia de la compañía: de transportar troncos río abajo hasta Boston a cruzar el Atlántico transportando a la jet set del cine y de la música norteamericana.

Durante la presentación, Agustín Quesada; Managing Director de Mundomar Cruceros y representante de Cunard en España, y maestro de ceremonias de la presentación, respondió a unas preguntas para Caribbean News Digital.

Ya nos ha contado la historia de la fundación y desarrollo de Cunard, pero no ha dicho nada acerca de los motivos para comenzar a promocionarse en España ahora. Es cierto que aquí no es una compañía de las más comunes, ¿qué les impulsó a centrarse ahora en darla a conocer?

En Mundomar Cruceros somos los agentes generales de Cunard, y por tanto estamos comprometidos a promocionar la naviera y hemos aprendido a enamorarnos de Cunard.

Pero no sólo estamos promocionando Cunard con el máximo cariño porque nos hayan contratado para ello, sino porque realmente estamos disfrutando muchísimo con el conocimiento y con la propia navegación de la compañía. El nuestro es un disfrute tan grande que pensamos que hay muchos pasajeros, clientes, españoles que podrían encajar muy, muy bien con este producto.

¿Hace cuánto tiempo que colaboran con Cunard desde Mundomar Cruceros?

Pues llevamos doce años, más o menos.

¿Y qué objetivo tienen ustedes ahora? ¿Están buscando una base de clientes específica, un nicho de lujo en el mercado por ejemplo, o están potenciando el producto Cunard en general?

Nosotros somos agentes generales (esto es, mayoristas): nuestros clientes son las agencias de viajes. Por tanto, nuestro objetivo fundamental es que agencias de viajes, como máximos y mejores prescriptores de las vacaciones, conozcan la compañía. Aun así, entendemos que también debemos tratar de tú a tú con los potenciales clientes o viajeros; por lo que realizamos acciones de dos tipos: acciones dirigidas a agencias de viajes y turoperadores, y acciones dirigidas a individuos.

Esta exposición en Pangea Madrid sirve, por ejemplo, para ambos propósitos. Cuando los que visiten la tienda vean las maquetas y fotos de los barcos de Cunard, conocerán mejor la naviera; y cuando vengamos a explicar la historia y la forma de trabajar de los barcos Cunard de hoy en día, habremos acercado los barcos Cunard a las agencias de viajes y turoperadores.

Nuestro foco ahora mismo es concienciar a las agencias de viajes de la realidad de este producto, del producto Cunard, para facilitar que se lo ofrezcan a clientes que podrían estar demandando algo de este estilo pero que todavía no lo saben.

Comentaba usted en la presentación que, por la seguridad, calidad, belleza y comodidad de los barcos, las travesías con Cunard tienen un precio. ¿Supone esto un problema a la hora de trabajar con agencias de viajes, o tienen éstas un público acotado para este tipo de viajes?

Pues yo diría, primero de todo, que aunque son unos cruceros catalogables como “de lujo”, “premium"… los precios son, en algunos casos, francamente bajos. Por ejemplo: una travesía transatlántica, consistente en siete días en el mar en un crucero de lujo con todo incluido, puede costar (en un camarote interior) alrededor de 1.000 euros por persona. Y permite al viajero entrar en Nueva York pasando al lado de la Estatua de la Libertad, habiendo disfrutado de todas las facilidades a bordo.

Si se quiere optar por los camarotes más fastuosos, siendo el mayor una suite de dos pisos y 250 m2, es obvio que la exclusividad será mayor y el trato será todavía más exquisito. Eso sí, pasamos a hablar de unos 10.000 por persona como mínimo.

Y ustedes, sea de forma directa o indirecta, intentan atraer a este último tipo de clientes. ¿Es difícil?

No especialmente. Hay bastantes clientes dispuestos a pagar estos precios por este servicio, la verdad.

Lo que sí es difícil es coordinarnos a este respecto con las agencias de viajes, ya que tienen tendencia a ofrecer productos menos lujosos por sistema. Cuando alguien se acerca a una agencia de viajes y dice que quiere irse de crucero, la agencia normalmente buscará una oferta muy ajustada económicamente; mientras que lo más probable es que el cliente esté buscando un viaje en crucero muy exclusivo.

Nosotros intentamos educar a las agencias para que no tengan miedo a ofrecerle a sus clientes los productos luxury de esta naviera; animándoles a que antes de ofrecer nada concreto conozcan un poco mejor al cliente. Preguntando “qué tipo de viajero es usted”, “en qué tipo de hotel suele usted alojarse” se puede calcular mejor qué producto conviene a cada cliente. Si un pasajero se suele alojar en el Ritz, cómo se le va a ofrecer una “¡oferta espectacular de viaje transatlántico en camarote interior!”. Queremos que nos ayuden a potenciar los viajes con Cunard, cruceros con un lujo, con un detalle, con un mayordomo a tu puerta…

Ha hablado usted bastante de los viajes transatlánticos, ya que fueron los que hicieron famoso a Cunard. ¿Qué otras rutas se trabajan en la actualidad?

A día de hoy realizamos rutas muy diversas por todas partes del mundo, la verdad. Tenemos cruceros que cruzan el Pacífico y el Índico; cruceros que rodean Sudamérica al completo y cruceros que combinan Japón con la costa Oeste de Alaska.

Los que más potenciamos, por ser menos conocidos, son cruceros estacionales. Un ejemplo sería el Crucero de los Mercadillos Navideños, en que se disfruta del fin de año (del 29 de diciembre al 2 de enero) a bordo del Queen Mary 2. La travesía consiste en navegar por el norte de Europa, atracando en diferentes ciudades conocidas por sus mercados navideños, como Brujas; y puede costar de 1.100 euros por persona en adelante. Es un precio, en nuestra opinión, enormemente asequible. También durante la Navidad hay un crucero precioso que sale de Nueva York rumbo al Caribe. Embarcando para Nochebuena y manteniéndose a bordo hasta pasado fin de año, es una oportunidad para una experiencia única: primero, la nieve de Nueva York; después, la travesía en el Queen Mary 2, uno de los barcos más lujosos del mundo; para acabar bañándote en las playas del Caribe. Y ni siquiera es tan caro, partiendo de los 2.000 euros por persona.

Entonces por un lado hablamos de lujo, pero por otro lado hablamos (y este es el mensaje que estamos lanzando comercialmente) de lujo asequible.

No obstante, lo que recomendamos de verdad son los viajes de más larga distancia; porque son los viajes en los que se puede disfrutar de verdad. Destinos remotos, como la Ruta de la Seda por Japón y Australia que he comentado durante la visita, o nuestro producto estrella: las vueltas al mundo.

Una vuelta al mundo en crucero no dura menos de tres meses, ¿hay realmente público para este tipo de viajes?

Sí, absolutamente. Hace poco leí en un periódico, francamente no recuerdo cuál, que se había encuestado a cientos de personas de todo el mundo preguntando de manera general cuál era su sueño en la vida; y un 30% de los encuestados dijeron que su anhelo principal era dar una vuelta al mundo. No decían específicamente que en crucero, no decían específicamente que con Cunard; pero sí decían desearlo. Es decir: que esto de lo que hablamos, que parece muy exclusivo, es en realidad un sueño que podemos llegar a tener todos.

A nivel negocio, lo que hemos visto últimamente es que los clientes deciden embarcarse en vueltas al mundo, pero deciden hacerlo dividiéndolas en varios viajes de un mes: este año un mes en Asia, el año que viene un mes en Sudamérica, y el año que viene un mes en Europa. Una vuelta al mundo completa, por ejemplo, cuesta de 16.000 euros por persona en adelante.

¿Y sus clientes les contratan de una vez para esos tres años sin haber navegado con Cunard antes? Su reputación le precede, ¡pero parece un salto de fe bastante grande!

¡No, claro que no! Lo que ocurre normalmente es que pasajeros que conocen Cunard por algunos de sus trayectos más cortos deciden repetir. De hecho, lo más habitual es repartir la vuelta al mundo en hasta cinco años; para poder disfrutar realmente de las diferentes zonas del globo.

Entiendo que, además del interés en realizar los viajes y del presupuesto para poder comprar los billetes, hay otro factor clave en el viaje en crucero: el tiempo. La mayor parte de trabajadores del mundo no se pueden permitir tomarse tantos días de vacaciones, y la mayor parte de jóvenes están interesados en otro tipo de viajes. El público objetivo de Cunard es gente de 50 años en adelante, ¿no es así?

Sí, es así. El público objetivo de Cunard es gente, coincido, de los 50 en adelante. ¿Quiere esto decir que todos los pasajeros de los cruceros de Cunard tienen esa edad? No, en absoluto. En los cruceros Cunard en que he viajado yo, mi familia ha venido conmigo; y mis hijos (que tienen entre 9 y 24 años) han tenido siempre compañeros de su edad. Concretamente estoy pensando en uno, hace unos años, en que viajamos por los fiordos; y había muchísimas familias en la treintena con niños y chicos jóvenes.

Cunard, a pesar de que su pasajero medio tiene 50 años, ofrece actividades fantásticas para todas las edades; y está muy preparado para los pasajeros más jóvenes. Tiene, incluso, zona infantil con cuidadores.

Hace unos años se remodeló uno de los barcos insignia de Cunard, ¿fue una actuación puntual o tienen ustedes intención de actualizar toda la flota?

Es un plan integral. Hace un año y medio se remodeló en Queen Mary 2, el año pasado se remodeló el Queen Victoria, que ha quedado espectacular; y este año que viene se va a remodelar el Queen Elizabeth. Las remodelaciones están enfocadas principalmente a poner en valor la decoración art déco de la época más glamurosa de los cruceros; por lo que se están creando y actualizando estancias como el Gran Lobby (del que hay una fotografía fantástica en la exposición). En concreto, la inspiración es el estilo elegante y poco recargado del art déco neoyorquino, tan singular. Es tan impresionante, de hecho, que la alfombra art déco de este Gran Lobby del Queen Mary 2 se ha convertido en la enseña de Cunard: está de fondo en los folletos, en las tarjetas de visita…

Sí, es cierto; la tienen ustedes muy presente. Además de la decoración, tan característica, ¿qué considera usted que es realmente la seña de identidad de Cunard como compañía?

Personalmente, para mí la seña de identidad de Cunard son los viajes transatlánticos; y no sólo por el motivo emocional de que son los trayectos con que comenzó su andadura la compañía sino por una cuestión de concepto.

Los únicos viajes transatlánticos auténticos, aquellos realizados en barcos cuyo diseño y objetivo son cruzar el océano Atlántico, son los de Cunard. Lo que ofrecen muchas compañías son “cambios de posicionamiento”, travesías en que se mueven cruceros costeros de un continente a otro (invierno en América y verano en Europa, por ejemplo) y, ya que cruzan el Atlántico, se ofrecen camarotes a bordo.

Es por esto que nos gusta decir que cuando te embarcas en un crucero transatlántico con Cunard, el destino es el barco en sí mismo; mientras que si te embarcas en cualquier otro crucero el barco no es más que un medio de transporte. Los barcos de Cunard están enormemente preparados para ofrecer al pasajero siete días maravillosos, siete días de los que ahora ya no existen: dedicados a uno mismo, a descansar, a aprender una nueva actividad, a leer… Disfrutas de ti mismo, del mar, de las actividades, si quieres… O de la tranquilidad de una copa de champán.


Más concretamente, ¿qué actividades se pueden realizar a bordo de los navíos de Cunard?

Un crucero Cunard es el crucero que, en este mundo revuelto, necesitas. Ofrecen clases de esgrima y de canto, conferencias sobre la naturaleza, la astronomía, o la arquitectura de la zona por la que se navegue. Hay un planetario completo y una biblioteca con 2.000 volúmenes, además de un teatro con representaciones de Broadway y un spa administrado por la famosa compañía norteamericana Canyon Ranch. También hay una guardería de a bordo, donde cuidadores especializados entretienen y cuidan a los más pequeños, y una zona de mascotas para los viajes más largos. Por las noches, se organizan fiestas temáticas, como por ejemplo bailes venecianos; y los demás días se ofrecen en la discoteca actuaciones en directo de los mejores grupos caribeños, ¡actuación de baile incluida! La guinda del pastel es la cubierta en promenade, por la que se puede hacer deporte o pasear en el mismo océano.

¿Qué hay de la gastronomía? ¿Son cocineros americanos, como la empresa, o van cambiando según el destino del barco?

Los cocineros son absolutamente internacionales, seleccionados cuidadosamente por Cunard para ofrecer cocina de vanguardia. Los toques locales se buscan, efectivamente, en función del puerto en que esté fondeado el crucero; pero la oferta gastronómica de los restaurantes de a bordo siempre es diversa.

Dice usted que hay varios restaurantes dentro del barco. ¿Están todos ellos incluidos en el pasaje?

Sí y no. Hay, efectivamente, varios restaurantes en los barcos de Cunard, y todos están incluidos en algún pasaje. El gran comedor, réplica del original de 1840, se llama Britannia; y todos los pasajeros pueden disfrutar de sus creaciones gastronómicas. No obstante, hay a bordo otro restaurante, más pequeño y exclusivo: el Veranda. Ese está reservado para los pasajeros de mayor categoría.

¿Cómo se llaman ahora las diferentes categorías en que se puede viajar en Cunard?

Cunard es una compañía que mantiene la esencia y el glamour del pasado, y por tanto mantiene sus categorías; pero ofreciendo a todas un servicio de lujo con acceso a todas las instalaciones del navío.

La categoría de primerísima clase, exclusiva, se llama “Queens Grill”. Esta es la categoría de los camarotes más espectaculares, en que los clientes tienen la posibilidad de cenar en un comedor privado; y se les ofrece todos los días un desayuno de canapés y bufet. Es en esta categoría, lógicamente, donde más se cuida el servicio y la atención al cliente; ya que este tipo de viajero busca la absoluta exclusividad.

La siguiente categoría, lo que sería una primera clase normal, se llama “Princess Grill”. Cuenta con camarotes lujosos, con amplios espacios comunes y balcones; pero de menor tamaño y esplendor que los de la Queens Grill. En ambas Grills se disfruta de servicios como mayordomo en la puerta del camarote las 24 horas, plancha, o menú de almohadas; viajando rodeado de mucho mimo.

La categoría restante, la estándar, se llama “Britannia”. Estos camarotes, normalmente interiores o sin balcón, garantizan un viaje igualmente agradable con menos gasto. Existe la opción, además, de solicitar viajar en “Britannia Club”; con lo que se consigue un servicio de mayordomo a ciertas horas del día y un espacio permanentemente reservado en el restaurante Britannia.

 

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