Lobos, oasis para el descanso en Buenos Aires

A una hora de viaje desde la Ciudad de Buenos Aires, capital argentina, Lobos ofrece este verano una laguna para la pesca y la práctica de deportes náuticos. En plena llanura pampeana, alberga elegantes estancias que invitan a participar de tareas rurales y espectáculos folclóricos. Hay clubes de polo, golf y paracaidismo.

Lobos, situada en el noreste de la provincia de Buenos Aires, es una ciudad agropecuaria, destacada por su  producción láctea. Distante 115 kilómetros del Obelisco porteño, es una ciudad distinguida por centenarias casonas de estilo francés o medieval, totalmente restauradas para recibir al visitante con gastronomía casera, actividades rurales, paseos en carruajes, safaris fotográficos, piscinas, solárium y canchas para la práctica de diversos deportes.

Marcada por la muerte y el nacimiento de dos grandes personajes de la historia argentina: Juan Moreira -en el primer caso- y Juan Domingo Perón -en el segundo-, se posicionó en los últimos años como un destino turístico ideal para una escapada de fin de semana o para pasar un día diferente.

Cuna y refugio de dos grandes

Con más de 200 años de historia, los orígenes de la ciudad se remontan a lo que fue el Fortín de San Pedro de Los Lobos, y la posterior delimitación del pueblo de San Salvador de la Guardia del Partido de Lobos. Una denominación que -según cuentan los lugareños- se debe a las nutrias que por entonces habitaban la laguna y que los antiguos pobladores llamaban lobos.

Los relatos históricos indican que sobre finales del siglo XVIIII Don José Salgado recibió del Virrey las tierras ubicadas en los alrededores del Fortín. Fue allí donde se erigió la primera capilla -cuya estructura original aún se conserva-, y de esa manera nació el actual poblado, que en un principio se limitaba a chacras y estancias. Recién en 1864 Lobos se convirtió en municipio.

Apenas 10 años más tarde fueron esas mismas tierras donde el gaucho Juan Moreira -prófugo de la justicia- perdería su vida en la pulpería La Estrella. Parte de sus restos, imágenes y  documentaciones son exhibidas actualmente en el Museo y Biblioteca Juan Domingo Perón, erigido sobre su antigua casa.

Y es que esta misma ciudad vio nacer en 1895 a Perón, tres veces presidente de la Argentina y creador de uno de los movimientos políticos más importantes de Latinoamérica. En lo que fuera el hogar de su infancia, se aprecia una de sus colecciones de armas, fotografías, un escritorio enviado desde España y, en el patio, una higuera de finales del siglo XIX. La entrada es gratuita de miércoles a domingos.

Elegancia campestre

De muy fácil acceso para todo viajero, en auto, ómnibus o tren, la ciudad de Lobos se caracteriza por sus estancias preparadas con todos los servicios para recibir al turista más exigente. Con parques diseñados por el paisajista Carlos Thays, ofrecen una propuesta rural que incluye caminatas, caballos, destrezas criollas y comidas típicas, entre asados, empanadas y pastelitos.

Una de las opciones es la Estancia Santa Rita, situada en cercanías de la Estación Carboni y a unos 30 kilómetros del casco urbano. Con acceso directo vía tren desde Buenos Aires, posee en una superficie de 200 hectáreas un bosque, una capilla y un lago. Recientemente restaurado, el casco principal tiene habitaciones de estilo tradicional con hogar a leña y camas con baldaquino. En los alrededores hay animales de granja y una cancha de pelota vasca. Además, todos los productos consumidos son elaborados en la misma estancia.

Otra de las alternativas turísticas es la Estancia la Candelaria, ubicada en el kilómetro 114,5 de la Ruta Nacional 205, en la que habitan más de 240 especies arbóreas entre araucarias, pinos, plátanos y eucaliptus. En el casco principal se ofrece hospedaje en un castillo normando, en casas coloniales, en bungalows o un molino holandés restaurado. Para el entretenimiento, posee una zona de deportes. Y los programas diarios son: Día de Campo, Fiesta Gaucha y Día de Polo.  

Atractivos veraniegos

Uno de los principales atractivos en Lobos durante el verano es su laguna, cuyo acceso se realiza por el kilómetro 111,5 de la Ruta Nacional 205. Un clásico pesquero de la región bonaerense, en el que se da mayormente el pique de pejerreyes, además de tarariras, carpas y bogas, entre otras especies.

El Club de Pesca Lobos, a la vera de la laguna de unas 800 hectáreas, es la institución más antigua del lugar y donde el viajero encuentra todo lo necesario para la estadía del pescador, desde un área de acampe, un muelle y una rampa de embarque, hasta una Estación Hidrobiológica destinada al criadero de peces.

También hay otros clubes en los que se alquilan lanchas y botes y se comercializan carnadas. Otras actividades habituales entre diciembre y marzo son windsurf, remo, canotaje y motonáutica.

Aventura, deporte y diversión

Para los que buscan un poco de adrenalina, uno de los destinos imperdibles en la ciudad es el Golf Aeroclub Fortín Lobos, conformado por el Club Escuela de Paracaidismo Argentino (CEPA), el Club de Aeromodelismo, una piscina de natación y canchas de fútbol y voli de playa.

El Golf Club posee un campo de 18 hoyos y lagunas artificiales, sede cada fin de semana de importantes torneos, entre los que se destaca anualmente el Gran Premio durante las primeras semanas de abril.

Consagrada como Capital Nacional del Paracaidismo, la ciudad ofrece Saltos Tandem de Bautismo en los que el viajero que no tiene experiencia puede hacer una caída libre de 1.500 metros acompañado por un instructor. Además, se contratan en el mismo lugar vuelos con o sin motor para una panorámica diferente.

Finalmente, el Santa María Polo Ranch Resort & Spa, a unos 15 kilómetros de la ciudad sobre la Ruta 41, se constituye como uno de los clubes más sofisticados de la Argentina para la práctica del taco y la fusta. A orillas de la Laguna Culu Culu alberga una escuela internacional, un barrio privado y un Club House.

Circuito urbano

La Iglesia Nuestra Señora del Carmen fue inaugurada en 1906 con un altar en mármol de Carrara que la destaca como obra de singular belleza.

La Plaza 1810 es la principal de la ciudad y se desarrolló con el primer trazado del pueblo. Allí se erigieron un Monumento a la Madre, al Bombero Voluntario y a los Héroes de Malvinas, así como bustos de diversos personajes históricos como San Martín y Perón.

El Palacio Municipal fue levantado a mediados del siglo XIX y reconstruido en 1942, con un estilo art decó.

En la ciudad de Lobos se ofrece al viajero una amplia gama de productos regionales y artesanías, entre los que se destacan dulces caseros, quesos y fiambres de fabricación local. También se comercializan pieles y cueros de animales, cerámicas de las culturas Quichuas, Comechingones, Tobas, Wichis, y piezas en madera, plata, soga y piedra.

A escasos kilómetros de Lobos, la ciudad de Baradero es protagonista cada verano del Festival de Música Popular Argentina, con figuras destacadas y agrupaciones de tango y folclore. En la edición 38, del 9 y el 12 de febrero, habrá exposiciones, ferias artesanales, peñas y patio de comidas.

Vía terrestre el acceso desde la Ciudad de Buenos Aires se realiza por Ruta Nacional 205 y Ruta Provincial 41. Por la Ruta 41 se accede a otras localidades turísticas como Baradero, San Antonio de Areco, Mercedes y San Miguel del Monte, entre otras.

Desde La Plata (capital de la provincia de Buenos Aires) y Buenos Aires, hay servicios de combis y ómnibus directos que llegan en poco más de una hora. En tren hay dos opciones: el ex ferrocarril Sarmiento de la empresa TBA, que sale desde la Estación Once, y el ex ferrocarril Roca de la empresa TMR, que parte de la Estación Constitución.

En las estancias las tarifas para alojamiento comienzan desde U$S 140 en bungalows y desde U$S 225 en castillos o antiguos molinos restaurados. Un día de campo en Lobos desde U$S 72, una fiesta gaucha U$S 90 y un día de polo U$S 210. Los hoteles cinco estrellas, con spa incluido y pensión completa, comienzan desde U$S 295 por noche, y hay posadas tres estrellas por U$S 103, cabañas por U$S 88 y pensiones más económicas por U$S 65.