Líneas de Nazca, entre el desconocimiento y la irresponsabilidad
Desde hace algunos días un video estremecedor circula a través de las redes sociales. En él un enorme camión de carga irrumpe a toda velocidad, nada más y nada menos que en las milenarias Líneas de Nazca, situadas al sur de Perú, reconocidas como uno de su mayores emblemas turísticos y declaradas, además, Patrimonio de la Humanidad en el año 1994.
Algunas fuentes dan cuenta que el chofer ingresó al sagrado lugar para evitar pagar el peaje; en tanto, otras afirman que lo hizo por desperfectos técnicos en su vehículo. Por una razón u otra, invadió la Pampa de Nazca a pesar de las señalizaciones que indicaban la condición patrimonial del lugar.
Un comunicado del Ministerio peruano de Cultura, dado a conocer dos días después del suceso, informó que las ruedas habían dejado huellas profundas en un área aproximada de unos 100 metros, con lo que se afectó la superficie del sitio y tres de las figuras dibujadas en la arena desde hace más de dos mil años.
El chofer ha declarado a las autoridades que no conocía la zona, mucho menos su condición excepcional. Les eran ajenas, al parecer, las impresionantes creaciones de la cultura nazca trazadas sobre el terreno árido del desierto, entre ellas aves de hasta 275 metros, como el colibrí, el cóndor, la garza, el pelícano y la grulla; también un mono, una araña, un caracol, una ballena de 27 metros, un perro, dos llamas y un lagarto; además de las miles de líneas, triángulos y cuadrángulos que ocupan grandes extensiones del terreno invadido ahora por la irresponsabilidad.
Resultan impresionantes las fotos con las marcas dejadas por las huellas del camión sobre una porción del legado principal de la cultura nazca, estimado también como uno de los mayores enigmas de la arqueología mundial.
Poca suerte ha corrido el sitio durante años y la nefasta incursión del camionero no es la primera y quizás tampoco la última vez que el supuesto calendario astronómico sufra daños. Se conoce que, por ejemplo, en el año 1928 se inició en esos predios la construcción de una pista de aterrizaje; que a finales de la década del 30 la carretera Panamericana del Sur dividió en dos la cola del lagarto dibujado; que los asistentes al Rally Dakar del 2013 también causaron afectaciones; y que incluso la organización ambientalista Greenpeace colocó allí dos grandes pancartas con la frase "Time for Change. The future is renewable" y en ese “loable” intento dañó la figura del colibrí, una de las más conocidas e impactantes.
La Fiscalía de Perú acusó al camionero por el delito de atentado contra el patrimonio cultural y pide para él nueve meses de prisión. Mientras, algunos medios apuntan ya a la posibilidad de que las Líneas de Nazca pierdan su condición de Patrimonio de la Humanidad, título conferido por la Unesco precisamente para preservar territorios excepcionales como este para futuras generaciones.
Páginas web de todos los confines del orbe promocionan el lugar como sitio único en el mundo para visitar por su misticismo, perfección y, sobre todo, porque el turista podrá ser testigo de la tremenda hazaña de los dibujantes de Nazca. Sin embargo, sucesos como los del camión descontrolado podrían poner en riesgo tal certeza.