Latinoamérica: apostando con todo por el turismo médico y de salud

24 de Octubre de 2017 4:45pm
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Latinoamérica: apostando con todo por el turismo médico y de salud

A estas alturas del siglo XXI, nadie duda sobre el empuje indetenible y el potencial de futuro que muestran en el mundo el turismo médico, y en general todas las variantes del turismo de salud, categoría a la que suelen ir a parar los procedimientos más vinculados con la medicina preventiva, estética, de bienestar y calidad de vida. Es que en la medida en que nos hacemos un planeta más envejecido, más parece interesarnos el cuidado de nuestra salud.

Sin embargo, el crecimiento sin precedentes mostrado en los últimos tiempos por estos segmentos turísticos, que aportan volúmenes muy considerables de negocios, generan más empleos y han ayudado a una mayor “visualización” de destinos internacionales hasta ahora casi desconocidos, también trae aparejada una competencia feroz, a partir de patrones generales de medición como calidad, costos, y características de los servicios que se brindan.

En opinión de expertos y estudiosos que han profundizado en este tema, aún con una demanda en esa actividad que debe mantenerse en alza en próximo años, a los destinos interesados en seguirla cubriendo les resultará vital el singularizar los tratamientos que propongan, apostar con fuerza por la especialización, la acreditación internacional y la máxima calidad; así como continuar abrazados con lo más novedoso de la tecnología.

Por otra parte, los conocedores recomiendan vincular cada vez más las ofertas de tratamientos médicos y de salud con recursos naturales,  o alternativas revitalizadoras y netamente turísticas, teniendo en cuenta que muchas de las enfermedades del mundo en que vivimos se relacionan directa o indirectamente  con un entorno de agitación y estrés constantes, de cotidianidad que llega a agotar.

Al respecto, uno de estos “gurus” en materias asociadas al turismo de salud, y sobre todo turismo de bienestar, el señor Alejandro Rubín, director de la Feria Internacional Termatalia, aseveraba recientemente que los viajeros que salen  hoy en busca de soluciones para su sanación reclaman, además, de “experiencias transformadoras, que incidan sobre el cuerpo, la mente y el alma”.

En esa dirección, el propio Rubín ha considerado que Latinoamérica es una de las regiones del orbe con mayores posibilidades y potencialidades para brillar en estos novedosos segmentos, pues no solo cuenta con una riqueza y diversidad natural impresionantes, puestas en función del turismo; sino que en muchas de sus naciones se han venido articulando en los últimos años propuestas bien competitivas para viajeros interesados en intervenciones médicas o terapéuticas que les ayuden a restaurar su salud.

Y en efecto, Latinoamérica parece haberse tomado muy en serio el reto de combinar esfuerzos, inversiones y recursos para apostarle con todo a un turismo médico y de salud, que ya aporta dividendos considerables a algunas de sus naciones, y ha contribuido a posicionarla en el mapa de las zonas más atractivas del planeta para estos vacacionistas de nuevo tipo.

Sobre un mercado seguro e infraestructuras

Además de los viajeros europeos, que desde hace bastante tiempo se mueven a su aire por toda la región latinoamericana, y sobre todo el Caribe, podría decirse que el mercado más seguro y “natural” en emisiones de este tipo hacia la zona se ubica en Norteamérica, fundamentalmente en Estados Unidos.

De acuerdo con estudios realizados por varias asociaciones de turismo médico del área, con datos corroborados por organizaciones de agencias de viajes y aseguradoras, los estadounidenses pueden llegar a ahorrar hasta un 75% en costos de procedimientos diversos, si deciden realizarlos en estos países más al sur de su territorio.

También encontrarán otros beneficios, como el de recibir una atención postoperatoria o de recuperación adecuada a sus requerimientos, e igualmente a precios mucho más asequibles; a la que casi siempre se añade la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones cortas y revitalizadoras en el mismo destino.

Nada tienen que envidiarle tampoco las infraestructuras sanitarias generadas en las naciones latinoamericanas para brindar asistencia a estos visitantes, a las que existen en el llamado “primer mundo”, incluyendo al propio Estados Unidos. Suelen ser centros y clínicas de alto nivel, muchas veces en relación con institutos especializados, y con equipos de médicos y técnicos de elevada preparación y experiencia.

Hay que decir que en la región se ha avanzado igualmente en materia de normalización a través de la certificación hospitalaria internacional, lo que constituye una ayuda para responder a las cuestiones primordiales de la estandarización en la atención y los servicios, además de una especie de “patrón” en el que muchos de estos viajeros confían plenamente.

En tanto que buena parte de las agencias aseguradoras estadounidenses, y de todo el mundo, han salido a gestionar mecanismos y herramientas que le permitan trabajar sin problemas con estas modalidades turísticas en los destinos del área que más las están desarrollando.

Destinos donde, de igual forma, se han formado numerosos clústers y asociaciones de empresas y organismos que promueven y respaldan el impulso que llevan estos segmentos turísticos, favoreciendo incluso la celebración de eventos de intercambio que ahondan en la temática, ya sea con alcance regional o internacional.

Algunas referencias obligadas

En la lista de naciones latinoamericanas y caribeñas que tienen un camino andado y cierto prestigio como destinos con resultados en el turismo médico, cabría mencionar a México, Brasil, Colombia, Costa Rica, Panamá, Cuba y Argentina. Aunque, entre ellos, destacan algunos que han devenido en referencias obligadas cuando se va a hablar de avances en la modalidad.

Tal es el caso de México, que según varios clústers de salud, cuenta en la actualidad con una docena de enclaves especializados en turismo médico, donde este tipo de prestaciones se combinan con muy atractivos paquetes para la relajación, el descanso y el ocio. En ese país, los procedimientos de mayor demanda se relacionan con la cardiología, oncología, ortopedia, gastroenterología, cirugía general y cirugía estética.

Mientras que Brasil es reconocido como el destino con mayor número de cirugías estéticas, por detrás de Estados Unidos. Aseguran que resalta además por su gran diversidad de servicios y especialidades, la calidad en la atención, así como los avances tecnológicos que ha puesto en función de este sector.

Por otro lado, en Colombia, donde existen ciudades como Cartagena, con excelente infraestructura para tratamientos médicos y cuidados de salud, junto a capacidades de hospedaje y ocio para respaldarlos, avizoran un futuro muy prometedor en estas dos ramas. De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Empresarios, la especialidad por la que más acuden los visitantes  internacionales es la cardiología, y la gran mayoría de esos pacientes provienen de Estados Unidos y la cercana Aruba.

En tanto que en el centro del Caribe sobresale Cuba, que sobre la base del prestigio y la estabilidad en resultados e indicadores de alto nivel mantenidos durante casi 60 años por su Sistema Nacional de Salud, ha logrado conformar una oferta muy integral de servicios médicos, prestaciones en función  de la calidad de vida, así como alternativas de formación y superación dentro de este mismo sector, con reconocidos avales de calidad, personalización a tono con las necesidades, y rigor científico.

En los últimos tiempos, esta pequeña isla ha dado bastante de qué hablar en el ámbito de la salud mundial, a partir de las competencias indiscutibles de un capital humano bien preparado y los aportes de sus centros médicos especializados e instituciones de investigación. En muchos de los programas que hoy pone a disposición del mercado internacional, tras haberlos extendido en beneficio de sus ciudadanos, se incorporan medicamentos, terapias y productos surgidos del desarrollo de su industria biotecnológica y farmacéutica, con logros probados en función de la sanación o el alivio para padecimientos y enfermedades hasta categorizados como muy difíciles de tratar, o incluso como incurables.

 

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