Barcelona cita a Airbnb para ordenar la oferta de pisos turísticos
El Ayuntamiento de Barcelona ha propuesto a Airbnb reunirse para ordenar la oferta de alquiler vacacional en la ciudad, y le ha ofrecido un nuevo espacio de diálogo en el que abordar el cumplimiento de la legalidad vigente y la erradicación definitiva de los anuncios de pisos turísticos ilegales en la plataforma.
El Gobierno de Ada Colau ha enviado una carta a la plataforma para proponer la reunión—como anunció la semana pasada que haría—e informarle de las medidas impulsadas desde el Ayuntamiento para ordenar el alquiler vacacional y asegurar el cumplimiento de la legalidad.
El consistorio sostiene que, con la carta, insiste en ofrecer un espacio de diálogo “con la única plataforma de alojamientos turísticos que sigue operando en la ciudad al margen de la legalidad”, y que no forma parte de la mesa de trabajado con otras plataformas.
La misiva, enviada desde el área de Ecología, Urbanismo y Movilidad y desde la Concejalía de Empresa y Turismo, recuerda que la “voluntad y el esfuerzo del Ayuntamiento es trabajar para encajar dentro de la legalidad vigente el alquiler de viviendas enteras para pisos turísticos”.
El ejecutivo municipal ha recordado que el Ayuntamiento actúa contra los pisos turísticos ilegales, y no aborda el ‘home sharing’—el alquiler de habitaciones en pisos compartidos--, que es un asunto pendiente de regular por parte de la Generalitat, ha señalado.
El Ayuntamiento ya ha formalizado la sanción de 600.000 euros a Airbnb por reincidencia al ofrecer pisos turísticos sin licencia, y ha recordado que prepara otra de la misma cuantía para que la plataforma cumpla la normativa y retire estos pisos ilegales.
PISOS REALQUILADOS
Además, el Ayuntamiento continúa inspeccionando y sancionando pisos turísticos ilegales, con 5.909 expedientes de enero de 2016 al mayo de este año, 2.189 órdenes de cese --628 la han acatado—y 127 precintos.
Ha detallado que de julio de 2016 a finales de mayo el consistorio ha recibido 316 casos de alegaciones de propietarios asegurando que su piso estaba alquilado y que era el inquilino el que lo ofrecía como piso turístico, con la mayoría de casos en el Eixample (103) y Ciutat Vella (92), seguidos por Gràcia (39) y Sant Martí (34).