Venecia no quiere más turismo

31 de Enero de 2018 2:08pm
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Venecia no quiere más turismo

Venecia no encuentra paz en la relación con los turistas que presionan sobre su delicada forma urbana: ahora es el turno del carnaval, que ya está en el banquillo de los acusados por la situación del sábado en ocasión de su prólogo, la fiesta sobre el agua en el popular barrio del Cannaregio.

Como máximo se había admitido a 11.000 personas en las orillas. Pero hubo 20.000 fuera de las pasarelas, apiñadas en los puentes para entrar.

La ciudad ahora quiere prevenir y así el miércoles se realizará un comité para el orden y la seguridad públicos que fijará el umbral máximo de afluencia a plaza San Marcos el domingo 4 para el Vuelo del Angel.

Será un número en torno a las 20.000 personas, anticipó el prefecto Carlo Boffi, después de que en los últimos días se habló de unos 25.000.

La celebración, que signa la apertura oficial del carnaval -este año sobre el tema del Circo felliniano- será anticipada además, de las 12.00 a las 11.00, para “desalentar el turismo ‘toco y me voy’”, explicó el prefecto.

Además, para evitar que el grueso de los visitantes se concentre en un solo lugar, se organizarán espectáculos en gran parte del centro histórico.

“La capacidad de la plaza será significativa”, explicó el perfecto Boffi, pero muy lejos de los decenas de miles de personas que en los últimos años llenaban el área principal.

Sin embargo, las polémicas por el primer fin de semana de caos en las callejuelas no gustaron al alcalde Luigi Brugnaro, que con su habitual modo directo respondió a quienes se quejaron por las dificultades en el área de Cannaregio.

“No veo caos y no considero desastroso si alguien quedó algunos minutos ‘atrapado’ entre la gente”, dijo Brugnaro. “Tal vez -agregó- falta solo un poco de ganas de reírse, ganas de divertirse, de coraje en tomar iniciativas transversales”.

“Porque quienes se quejan no son todos, sino los de siempre, que saben muy bien -sobre todo porque viven en la zona- que en los 30 minutos del evento puede ser dificultoso pasar. Desde que soy niño sé que durante el carnaval siempre hay desorden y mucha gente: si uno no quiere la confusión, va a vivir al campo y no a Rialto”, concluyó.

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