Transitar desde el presente, el pasado maya de Guatemala

29 de Julio de 2015 3:47pm
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Transitar desde el presente, el pasado maya de Guatemala

Próximo al majestuoso hotel Tikal Futura, la transitada calzada Roosevelt y el centro comercial Miraflores, obras de la ingeniería moderna en esta capital, perdura un montículo de la antigua ciudad maya Kaminaljuyú.

Al entrar al museo Miraflores, lo primero que uno tiene debajo de los pies es una maqueta en relieve, en la cual se evidencia cómo era el sitio arqueológico allá por el año 700 antes de nuestra era.

El guía turístico José Bartes explicó que las pirámides eran rojas por ser el color representativo de la sangre.

De acuerdo con los expertos, acotó, las primeras construcciones levantadas aquí datan de 700 años antes de Cristo. "Estamos hablando de más de dos mil años de haberse iniciado la edificación".

"Cuando esta urbe fue abandonada por sus habitantes, se cubrió de tierra con el paso del tiempo, y de ahí que hoy veamos los montículos", indicó Bartes.

Si quitáramos la tierra, ya no se vería la forma piramidal, sino un bloque compacto de barro, porque los estudios demuestran que estos edificios fueron hechos de barro, arena de río, piedra pómez y otros materiales.

Ahí (señala a la pequeña colina cubierta de hierba) había una pirámide como esta (apunta a la maqueta), pero se perdió la forma original al mezclarse con la tierra, ilustró el guía.

En la representación en miniatura se muestran calles, avenidas, el centro de la ciudad con la salida del lago Miraflores, una extensión de agua utilizada para irrigar campos de cultivo, y la construcción de canales de irrigación.

Aclaró que la laguna se extinguió alrededor de los años 100 y 200 después de Cristo. Se dice que tras secarse el lago, sus habitantes abandonaron el lugar en el año 900 después de Cristo, añadió.

En las vitrinas del museo se conservan piezas, vasijas, estelas, utensilios y joyas encontradas en este mismo sector durante las excavaciones en 1994 y 1996.

Guerras, factores ecológicos, políticos y económicos causaron el colapso del linaje maya, declaró a esta agencia Sergio Romero, doctor en Lingüística de la Universidad de Pennsylvania.

Tales fenómenos ocurrieron a finales del periodo clásico (del año 300 al 900 de nuestra era) en diferentes partes de las denominadas tierras bajas, inclusive en la costa sur, explicó el guatemalteco residente en Estados Unidos.

De su lado, la lingüista Romelia Mó Isém, del Centro de Investigaciones y Estudios de Epigrafía Maya Sak Chuwen, expresó que el colapso es una descripción arqueológica, basada en argumentos a partir de los restos hallados en el campo.

Si hacemos una revisión de lo que sucedió en la época clásica, precisó la licenciada en Lingüística por la academia guatemalteca Rafael Landívar, notamos el inicio de las contiendas bélicas, según evidencias encontradas en textos epigráficos.

Patrimonio arqueológico

Kaminaljuyú es uno de los cinco mil sitios arqueológicos existentes en el territorio nacional, aunque los especialistas Mó Isém y Romero estiman que puede haber muchos más soterrados, aún por descubrir.

Mixco Viejo, situado 48 kilómetros al noroeste de esta capital, es otro de los miles de museos al aire libre en Guatemala, donde la ancestral cultura de los mayas grabó su huella.

Montañas, barrancos y vegetación exuberante amurallan el lugar, construido allí desde principios del siglo XII de nuestra era por sabios pueblos originarios de Mesoamérica.

Según datos históricos, ese sitio fue conquistado por los kaqchiqueles en 1470, y su nombre cambió a Jilotep'ek (Jilotepeque).

El sitio pertenece hoy al municipio San Martín Jilotepeque, del central departamento de Chimaltenango, y ocupa un área de casi un kilómetro de largo por 100 metros de ancho.

Se estima que llegó a tener 10 000 habitantes a inicios del siglo XVI, y se cuenta que las fuerzas del español Pedro de Alvarado ocuparon el lugar en 1525, luego de un prolongado asedio de 90 días.

Tras la conquista de Alvarado (1485-1541) sobre Utatlán, los españoles crearon alianzas con los kaqchiqueles para someter a los kichés, tzutuiles y pipiles.

Sin embargo, como suele suceder en la relación dominadores-dominados, los españoles abusaron de la confianza y le exigieron oro a los kaqchiqueles, ante lo cual estos decidieron abandonar Iximché el 28 de agosto de 1524, situación que derivó en un conflicto bélico.

Los españoles fundaron Santiago de Guatemala el 25 de julio de 1524 como el primer asentamiento formal de la Corona en ese lugar, 91 kilómetros al noroeste de esta capital.

Uno de los espacios conservados tanto en Mixco Viejo como en Iximché, pese al paso del implacable Cronos, es el campo del juego de pelota.

Los antiguos mayas golpeaban con las caderas, antebrazos, rodillas y hombros la esférica-de goma maciza y más de cinco libras- y la pasaban hacia la cancha del contrario.

En el centro del terreno amurallado, colgaban una cuerda con dos aros por donde debían introducir el balón, lo cual era interpretado como buen augurio y otorgaba el triunfo a uno de los equipos.

Al principio y cierre de cada tope los atletas se colocaban en círculo, alguno con un tabaco en la boca, mientras hacían un ritual para invocar a los dioses y agradecer a la madre naturaleza.

Tikal, 555 kilómetros al norte de aquí, sobresale por su arquitectura monumental, que data del siglo IV antes de Cristo y alcanzó su máximo esplendor durante el período clásico.

Considerada la mayor ciudad de esa antigua cultura, sus más de cuatro mil edificaciones están sumergidas en la tupida Reserva de la Biosfera Maya, que con 21 mil 602 kilómetros cuadrados ocupa la mitad del norteño departamento de Petén.

En ese lapso, la metrópoli dominó gran parte de la región maya en el ámbito político, económico y militar.

Respecto al origen del nombre de Tikal, se cuenta que en idioma maya yucateco significa "en el pozo de agua", aunque en maya itzá la definición es "lugar de las voces" o "lugar de las lenguas".

El Parque Nacional Tikal, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la Unesco, es uno de los espacios de más alto valor histórico conservados en esta nación, donde el 38 por ciento de sus 15 millones y medio de habitantes son indígenas, principalmente mayas, de acuerdo con cifras oficiales.

Pese a la opresión a la que han sido sometidos los pueblos originarios de Guatemala durante siglos, ellos mantienen su manera de vestir, de comer y pensar.

También hacen ceremonias alrededor del fuego con danzas peculiares para agradecer a sus abuelos por la sabiduría legada, y abogan por la armonía entre los humanos y la naturaleza. (Con información de PL).

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