Límites para el turismo en la Isla de Pascua

29 de Julio de 2018 9:00am
editor
Límites para el turismo en la Isla de Pascua

De 90 a 30 días fue reducido el tiempo de estancia de los turistas en la Isla de Pascua, territorio insular chileno ubicado a 3 500 kilómetros de distancia del continente americano y cuyo atractivo mayor son las cerca de 1 000 estatuas gigantes, llamadas moais, que llegan a pesar hasta 80 toneladas y medir 10 metros, supuestamente construidas por sus primeros habitantes, los llamados rapa nui, de origen polinesio y que habrían llegado a la isla en el siglo XIII.

La normativa, aprobada por el Congreso chileno en marzo pasado y que entrará en vigor al comenzar agosto, incluye tanto a los turistas extranjeros, como a los chilenos que no pertenecen a la etnia rapa nui. También impone requisitos a quienes quieran vivir en la isla que atrae cada año a más de 100 000 visitantes.

Un censo de población realizado en ese territorio en el año 2017 contabilizó allí  una población de 7 750 personas, cerca del doble de la que existía unas décadas atrás, a lo que se suma el creciente auge del turismo y el desarrollo inmobiliario de uno de los destinos más valorados de Chile.

Según un cable de la agencia AFP, la presión turística ha puesto al límite todos los servicios básicos de la isla que tiene 163 kilómetros cuadrados, de manera particular en el manejo de la basura con 2,5 toneladas al año, casi el doble de lo que se generaba  diez años atrás.

La normativa del Congreso establece que los turistas deberán llenar el Formulario Único de Ingreso, presentar la cédula de identidad o pasaporte, el pasaje de retorno, así como la reserva en un alojamiento autorizado por el Servicio Nacional de Turismo o una carta de invitación de una persona perteneciente al pueblo Rapa Nui u otra habilitada para residir en el territorio insular.

La Isla de Pascua fue reconocida por la Unesco en el año 1995 como Patrimonio de la Humanidad, por “representar una obra maestra del genio creativo del ser humano y proporcionar un testimonio único, o al menos excepcional, de una tradición cultural o una civilización viviente o que ha desaparecido”.Además del peligro que supone un excesivo turismo, se suman los efectos del cambio climático en la isla, sobre todo con la erosión de algunas de las estatuas que se encuentran más cercanas a la costa. 



 

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