España apuesta por el turismo

23 de Abril de 2018 3:39pm
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España apuesta por el turismo

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, presumió de los éxitos alcanzados por el turismo durante su gestión y arremetió contra quienes cuestionan el actual modelo por insostenible y denuncian la masificación de visitantes.

Durante una convención nacional sobre el tema organizada por su formación, el conservador Partido Popular (PP), Rajoy llevó al terreno ideológico las críticas de diversos sectores a su política en esa estratégica industria.

En esa línea, acusó a la coalición progresista que administra la comunidad autónoma de las Islas Baleares, liderada por el Partido Socialista Obrero Español, de demonizar el turismo.

“Una de las invenciones más insólitas es demonizar el turismo, la turismofobia”, advirtió el también líder de los populares antes de precisar que se trata de desarrollar “fobia hacia todo lo que funciona y es bueno para España”.

Según su criterio, el principal problema de Baleares -en cuya capital, Palma de Mallorca, se celebró la reunión del PP- es que  “tiene la mala fortuna de padecer un gobierno de esos que se dedican a inventar problemas y promover una agenda de división y enfrentamiento”.

El jefe del Ejecutivo insistió en la fortaleza de la llamada industria sin chimeneas, que representa el 11 por ciento del Producto Interno Bruto español y que el año pasado posibilitó la llegada a la nación ibérica de 82 millones de veraneantes extranjeros.

Subrayó que, con ese récord de llegadas internacionales, España se convirtió en 2017 en el segundo país del mundo más visitado, detrás de Francia y por encima de Estados Unidos.

Precisó que desde 2011, cuando asumió la presidencia, el gasto total de esos excursionistas aumentó un 58 por ciento hasta llegar a los 87 mil millones de euros el año pasado.

Las autoridades de las comunidades autónomas llevan tiempo intentando poner orden en los aspectos más conflictivos del sector, como los alojamientos ilegales o la masificación de visitantes.

Aunque casi todos los partidos políticos y organizaciones empresariales condenaron los actos vandálicos contra intereses turísticos durante el verano anterior, el problema generó un debate sobre el modelo turístico y la sobreexplotación de algunos destinos.

En ciudades como Mallorca o Barcelona, sus habitantes reclamaron a las autoridades frenar lo que consideran un auge de la especulación inmobiliaria, el incivismo y la privatización del espacio público, generado por el crecimiento del turismo.

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